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Han sido unos meses convulsos para Álvaro Morata en todos los sentidos. El punta español ha cambiado de equipo, ha sufrido una ruptura con su pareja y ha levantado la Eurocopa en cuestión de semanas. Sobre todo ello se ha sincerado un futbolista, que en los últimos meses ha sido noticia por más motivos extradeportivos que por sus actuaciones en el terreno de juego.
El 'Partidazo de COPE' publicó un avance de la entrevista de Alberto Herrera al delantero del Milan, ex del Atlético de Madrid y capitán de 'La Roja'. Una charla en la que se pudo ver el lado más personal del futbolista y en la que ha contado algunos de los problemas que ha vivido recientemente.
Depresión
"Cuando tú tienes momentos duros de verdad, depresión, ataques de pánico, eso da igual el trabajo que tú hagas, la situación que tengas en la vida que tienes otra persona dentro que tienes que luchar contra ella todos los días y todas las noches. Para mí era lo mejor irme de España, no lo podía soportar".
Problemas con sus hijos
"Cada vez que salía con ellos siempre tenía algún episodio, a veces sin maldad, con la gente sobre algo que había pasado en partidos anteriores. Y, al final. ellos tampoco querían ir a la compra, cosas que hace un padre normal con sus hijos. Llegó un momento en el que me decían tantas cosas ante ellos que me daba vergüenza estar con ellos. Yo era una broma fácil, una broma para hacer reír al que tienes al lado".
Selección española
"Aquí soy feliz. Hemos creado un muy buen grupo y me siento muy agusto".
Cambio de look
"Me apetecía cambiar y a veces me da estos venazos".
Personalidad
"Como persona, muy poca gente me conoce. Familia, amigos y gente cercana, solamente. Soy una persona bromista y sonriente. La gente se cree
Éxito
Yo siempre he tenido una opinión del éxito diferente a los demás. Para mí es que nadie pueda hablar mal de ti, ser una persona que por donde va deja un buen recuerdo. El éxito no está relacionado con el trabajo. Mis padres me decían de pequeño que ojalá tratara bien a todo el mundo y que nadie pudiera hablar mal de mí".
Salida de España
"Claro que echo de menos España. Es el mejor país del mundo y fue una decisión difícil. Incluso pasar por Cibeles, lo echo de menos".
Ayuda de compañeros
"Lo pasé muy mal. Pensaba que no iba a poder volver a ponerme las botas y saltar a un campo. Pero bueno, gracias a muchas personas, desde Simeone, Koke, Miguel Ángel Gil el año pasado, mi psiquiatra, mi coach... nosotros somos lo que se ve en la tele y en las redes pero muchas veces no es real. Tienes que dar una imagen porque es tu trabajo. Lo pasé muy mal, exploté y llegó un momento en el que no podía abrocharme las botas, y cuando lo hacía me iba corriendo para casa porque se me cerraba la garganta y empezaba a ver borroso".
Momentos más duros
"Me apoyé en gente que había vivido lo mismo, como Bojan. Tres meses antes de la Eurocopa me parecía imposible. Estaba pensando en si podría volver a jugar un partido, no sabía lo que me pasaba. Es un momento en el que lo que más te gusta es lo que más odias. Me daba vergüenza estar con mis hijos y salir a la calle. Cada vez que salía con ellos siempre tenía algún episodio, a veces sin maldad, con la gente sobre algo que había pasado en partidos anteriores. Y, al final. ellos tampoco querían ir a la compra, cosas que hace un padre normal con sus hijos. Llegó un momento en el que me decían tantas cosas ante ellos que me daba vergüenza estar con ellos. Yo era una broma fácil, una broma para hacer reír al que tienes al lado".
Italia como vía de escape
"Aquí en Italia es diferente. Mis hijos ven que a su padre le respetan. Ven que su padre es un futbolista que ha pasado por los mejores equipos del mundo".
Soportar las críticas
"Muchas veces he cruzado la línea. Muchas veces que me insultaban he intentado hacer pasar vergüenza a las personas que me intentaban hacer sentir mal. La Eurocopa me ha cambiado la vida, porque me respetan más. Es una espada que tenía clavada. Podré acabar con más o menos goles mi carrera, pero la foto de campeones siempre estará ahí".
Depresión
"Pedí ayuda en el momento en el que vi que se me iba de las manos. Iba de camino al entrenamiento sabiendo que estaba mal. En el vestuario me notaban que estaba mal. Cuando tenía que vestirme para saltar al campo, me tenía que ir a mi casa a encerrarme en la habitación y pelearme contra mi propia cabeza. Es una enfermedad como cualquier otra. Igual que vamos al gimnasio, necesitamos también alguien que nos ayude. Creo que desde los colegios debería concienciarse de la importancia de los psicólogos y la salud mental".